Bastet es la diosa gato de la mitología egipcia, ella es representada como un ser con cuerpo de mujer pero con la cabeza de gato. Los gatos eran animales a los que los egipcios presentaban grandes homenaje, estos eran animales sagrados. Los felinos ejercían un papel importante en el mundo egipcio, pues gracias ellos sus alimentos estaban a salvo de infestaciones de roedores, además que los gatos también espantaban peligrosas serpientes venenosas.
Bastet es una diosa ligada al Sol y por eso durante el día la diosa acompañaba a RA en su travesías por los cielos en su barco solar. Durante la noche la diosa asumía la forma completa de una gata y vigilante la diosa protegía al mundo contra la terrible Serpiente Aphofis. La diosa era adora por todo Egipto, hacer mal a cualquier gato era un sacrilegio terrible, el autor de tal violencia podía ser castigado con la muerte.
Los gatos eran vistos como miembros de la familia y en algunos relatos cuando alguna casa era incendiada los gatos entraban en la casa en llamas para ayudar a sus habitantes a escapar del fuego. A veces estos gatos parecían haber perecido en las llamas pero gracias a la diosa Bastet ellos regresaban a la vida, eso refuerza el dicho popular de que el gato “tiene nueve vidas”. Por ser animales sagrados los gatos eran momificados y existen en Egipto cementerios dedicados a estas momias de animales.
Conforme a algunas versiones, la diosa Bastet está conectada a Sekhmet, la diosa leona. Esta era una diosa violenta de sed de sangre pero fue pacificada convirtiéndose en una diosa gata mansa y bebedora de leche.
En otras versiones Sekhmet y Bastet serían hermanas, hijas del dios RA, incluso con el fin del culto a los dioses egipcios los gatos hasta hoy siguen mirando a los hombres de arriba abajo esperando tener su divinidad nuevamente reconocida.